

Me ha impresionado mucho ver a nuestro INBA con su Piscina sin agua temperada pero acogiendo como madre a los añosos techos tumbados por el terremoto del 85, verlos a Uds. y a mi mismo... talvez con otra cara... como suspendidos en el tiempo... No tuvimos cintas ni fotos digitales pero por fortuna perduraron los recuerdos tallados a temple en estas fotos, recuerdos que no hacen más que coronar de nostalgia y alegría nuestros propios recuerdos de esos días, memorias que por el sino de ese afortunado flash logramos congelar para siempre.
Son tantas las imágenes que hoy convergen a mi mente, que cuesta volver a la rutina, estas fotos son como el catalizador de Cortazar con su túnel al pasado. Que duda cabe que estos pequeños recuerdos son los que validan nuestra identidad, son estos mismos los que alimentan nuestras almas, los que validan las memorias y fermentan nuestras vidas con la levadura de la historia. Que bellos recuerdos estos, los olvidados de esos días, esos que sigilosamente hoy están logrando conectar nuestra vida actual con nuestra incipiente personalidad, estos son los eslabones perdidos del inicio de nuestras vidas.
Carlos Espinosa

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