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Queridos amigos: A través de esta página pretendemos mantener un vínculo entre los ex alumnos del Internado Nacional Barros Arana, cursos 1ºD a 4ºD, entre los años 1982 y 1985. Este espacio lo iremos construyendo y enriqueciendo entre todos los que formamos parte de esta generación, cuyo paso por nuestro querido Internado ha dejado imborrables huellas en cada uno de nosotros.

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lunes, 25 de junio de 2007

Mi primer día en el INBA

Ese día de marzo de 1982 estaba muy asustado y sorprendido, recuerdo que el día anterior me costó mucho quedarme dormido por lo que me esperaba en mi primer día en el INBA.
Yo era un muchacho de 14 años, recién llegado del campo, y me costaba mucho esconder mi miedo y sorpresa ante este nuevo desafío.
El colegio era inmenso, tenía espacios y actividades desconocidos para mí, entre otros, piscina y cine; la primera película que vi fue Xanadú, y quedé maravillado; por otra parte, creo que era el único que no sabía nadar.
Llegué temprano esa mañana, al sonar el timbre comenzó mi tortura, no sabía ni siquiera en qué curso estaba, me metí a la sala del 1ro F, pero al no ser nombrado por la profesora tuve que ir a buscar mi curso a la oficina de la sección, allí una señora más bien gordita (la Srta. Gloria) me dijo que debía ir al 1ro D.
Me presenté en la sala indicada y allí estaba Rebolledo dando la bienvenida al curso, el profe se veía un buen tipo y me confirmó que era mi curso. Las cosas comenzaron a mejorar cuando me contó de sus buenos recuerdos y amistades que tenía en Peralillo, mejoró aún más cuando me di cuenta que había un conocido: Marcelo Muñoz.
Supe lo exigente que sería ese curso cuando Rebolledo contó que éramos un curso escogido por las buenas notas que tenían los alumnos seleccionados y me sentí alagado y comprometido, pero aún más asustado.
Al pasar de los días fui conociendo a mis nuevos compañeros, a los buena onda y a los pesados del curso. Mi protección para evitar ser presa del grupo de "bromistas" fue no ser reconocido como "huaso", creo que ahí comencé a perder la capacidad de asombro ante las cosas nuevas, aunque por dentro me veía abrumado por la realidad que estaba viviendo.
Fueron cuatro años, donde asimilé todo lo que pude de lo que decían los maestros, mis compañeros y todo lo que estaba a mi alrededor, creo que en ese corto tiempo crecí más que en cualquiera otra etapa de mi vida.
Son muchos los recuerdos de esos años y creo que el cariño que tengo por este colegio y ese grupo de amigos con los que conviví no se perderá nunca.

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