Cada día, cada correo es como una forma de volver a vivir esos buenos años junto a ustedes, con alegrías y a veces penas, con cagadas y también con mucho aprendizaje.
Para mi ha sido un fuerte reconocimiento a la amistad a los valores que Rebolledo y cada uno de nosotros practicó y dejó guardados para tiempos como los de hoy.
Qué bueno es saber que estamos presentes, algunos desde lejos, con diversas historias, con familias, hijos, hijas (yo tengo cuatro), pero por mucho que cambiemos, estudiemos o viajemos, seguimos siendo los mismos INBANOS que se unieron, para vivir años importantes de nuestras vidas bajo una forma que trascendio, que perdura hasta hoy.
Gracias a todos por compartir, por hacernos acordar las cagadas que hicimos, las experincias de vida que no mueren.
Hoy le comentaba a mi esposa, de estos correos, (lo que se puede contar), y me decía cómo tanto, cómo se acuerdan de esas cosas después de 25 años, yo le conteste, es que vivimos juntos, fuimos una familia, como todas, con hermanos entrañables, con amigos, conocidos, en fin con historias individuales, que se juntaron para hacer una gran historía, que hoy vuelve, como el hijo pródigo.
Estoy muy feliz de recibir tanta huevada por mi correo, a veces percepciones e historias importantes y profundas, y las más de las veces sólo historias personales, de eso parece estar compuesta gran parte de nuestras vidas, eso es lo que somos, nuestra historia, y en mi historia, cada uno de ustedes jugó un papel muy importante.
Saludos a sus esposa e hijos, cuéntenles su historia.
Nos recordamos más, a partir de mañana.
Un abrazo
Victor Bello.
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